La responsabilidad de las familias frente a los retos de las redes sociales
El reciente fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela contra TikTok por la difusión de retos virales que han causado daños irreparables a menores de edad pone de manifiesto una realidad preocupante: el uso no supervisado de las redes sociales por parte de niños y adolescentes puede tener consecuencias devastadoras. Más allá de las acciones legales y las sanciones que puedan aplicarse a las plataformas digitales, es fundamental reflexionar sobre el papel de las familias en la protección y educación de sus hijos en el entorno digital.
Conocer y comprender el mundo digital
Muchos padres y cuidadores no están completamente familiarizados con el funcionamiento de las redes sociales ni con los riesgos asociados a ellas. Sin embargo, en un contexto donde el acceso a estas plataformas es casi inevitable, es crucial que los adultos se informen sobre las aplicaciones que usan sus hijos, los retos virales que pueden encontrar y las posibles consecuencias de participar en ellos.
Un primer paso es dedicar tiempo a explorar estas plataformas, entender sus características y aprender cómo configurar controles parentales. Por ejemplo, TikTok y otras redes sociales ofrecen herramientas para limitar el acceso a ciertos contenidos y supervisar el tiempo de uso. Aprovechar estas funcionalidades puede marcar la diferencia.
Establecer un diálogo abierto y constante
La comunicación abierta entre padres e hijos es esencial para prevenir situaciones de riesgo. Es importante que los menores sientan que pueden hablar con sus padres sin temor a ser juzgados o castigados. Preguntarles qué ven en las redes sociales, qué retos o tendencias les llaman la atención y qué opinan al respecto permite identificar posibles riesgos y reforzar valores como el criterio propio y la capacidad de decir no.
Hablar sobre los riesgos de los retos virales, como los daños físicos, psicológicos o incluso fatales, puede ayudar a los niños y adolescentes a tomar decisiones más informadas y responsables. Es crucial explicar que no todo lo que es popular en las redes sociales es seguro o adecuado.
Fomentar una utilización equilibrada de la tecnología
El tiempo excesivo frente a pantallas puede llevar a una desconexión de las relaciones familiares y sociales en el mundo real. Los padres deben fomentar un uso equilibrado de la tecnología, combinando actividades en línea con tiempo de calidad en familia, ejercicio físico y otras actividades offline. Establecer horarios para el uso de dispositivos electrónicos puede ser una estrategia efectiva para evitar la sobreexposición.
Supervisión sin invasión
La supervisión no debe confundirse con invasión de la privacidad. Los niños y adolescentes tienen derecho a cierto grado de intimidad, pero los padres también tienen la responsabilidad de garantizar su seguridad. Esto puede lograrse a través de un equilibrio: revisar periódicamente el contenido al que acceden sus hijos, pero también generar un ambiente de confianza donde los menores compartan voluntariamente sus experiencias.
Promover el pensamiento crítico
Uno de los aprendizajes más valiosos que los padres pueden inculcar en sus hijos es el pensamiento crítico. Enseñarles a cuestionar lo que ven en internet, a no dejarse llevar por la presión social y a identificar contenidos peligrosos o manipuladores puede protegerlos de muchos riesgos.
El rol de la comunidad
Las familias no están solas en esta tarea. Es importante que las escuelas, comunidades y organizaciones sociales también se involucren en la educación digital de los niños y adolescentes. Talleres, charlas y programas de formación pueden complementar los esfuerzos de los padres y ofrecerles herramientas adicionales para enfrentar los desafíos del entorno digital.
Nuestra recomendación
Las redes sociales forman parte del mundo actual y pueden ser una herramienta positiva si se utilizan de manera adecuada. No obstante, los riesgos asociados a su uso indebido, especialmente en menores de edad, exigen un enfoque proactivo por parte de las familias. La educación, la comunicación y la supervisión son clave para garantizar un uso seguro y responsable de estas plataformas. En un momento en el que la tecnología avanza rápidamente, el compromiso de los padres y la sociedad en general es indispensable para proteger a las nuevas generaciones.