Internet en todas partes
Caracas, noviembre de 2021. Generalmente se piensa en intrincadas redes de fibra óptica para poder contar con el acceso a las comunicaciones desde puntos remotos del planeta, pero no necesariamente es así. Desde un cajero automático en un pueblo de montaña, una base militar, una plataforma petrolera, un transporte de mercancía o un barco en altamar, se puede acceder al intercambio de datos vía Internet usando los servicios de la comunicación vía satélite. Este genial invento que ya tiene unos setenta años de historia tiene un potencial enorme que muchos no conocen.
En la actualidad existen cerca de 3 mil situados en la órbita terrestre con diferentes objetivos. A una altura en promedio de más de 30 mil km de la tierra se pueden transmitir datos desde la superficie al satélite que cubre a determinado país con la ayuda de antenas cuyo tamaño varía según la capacidad de conectividad que se quiera y el espacio disponible para su ubicación. Uno de los insumos básicos es la electricidad para poder activar el servicio y el costo dependerá del consumo de ancho banda que requiera un cliente.
Un caso interesante para entender mejor cómo funciona esta tecnología es un comercio en una población apartada que tenga además un cajero (ATM) para el público. En este particular el intercambio de datos se traduce en una transacción sencilla que requiere poco ancho de banda. Con una conexión satelital, no sólo se puede contar con la comunicación, sino que también se puede disponer de canales de voz que suplan los servicios de telefonía. Todo ello contando con una antena ubicada en el techo que automáticamente se direcciona hacia el satélite, que además tiene como ventaja un bajo mantenimiento y un nivel mínimo de fallas gracias a los telepuertos ubicados en distintas partes del planeta.
La oferta se amplía a la posibilidad de la administración de recursos ya que un proveedor puede incluso asesorar al cliente en cuanto al ancho de banda que requiera para que la funcionalidad en ese sitio remoto vaya acorde a lo mínimo necesario indispensable, optimizando así el ahorro (el tráfico de datos que ocupa un canal).
Wilmer Puerta, gerente de Producto, Conectividad, Datos & IP en Lumen Technologies para Ecuador y Venezuela, explica que en el caso puntual de esta empresa, la red de fibra óptica tiene una presencia global en más de 60 países y 600 ciudades, con una extensión de más de 720 mil kilómetros, no obstante se necesitan los servicios satelitales para poder llegar a esos lugares donde la accesibilidad se torna compleja. Para brindar la máxima cobertura se cuenta con telepuertos no sólo en el territorio venezolano sino en otras partes de Latinoamérica como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú (se cuentan más de 4 mil estaciones remotas). Es un anillo de conectividad en el continente que permite entregar al cliente capacidad de comunicación y operación y con ello independencia de las redes estrictamente terrestres.
Uno de los sectores que puede beneficiarse ampliamente es el bancario, ya que requiere manejar sus bases de datos distribuidas y establecer flujo continuo de información desde los ordenadores de los cajeros, por ejemplo, hasta la organización central donde reposan los datos y se almacenan todas las transacciones. Otros ejemplos interesantes para el uso de las bondades de la tecnología satelital es el seguimiento de información procedente de grandes extensiones agrícolas (monitoreo de los cultivos), el control de aduanas en el caso de los gobiernos o una base exploratoria en pleno océano.
En Perú, comenta Puerta, se instaló el servicio satelital en un barco pesquero que está en continuo movimiento. Aunque los costos difieren de los servicios de Internet vía cableado convencional, el mejor punto de vista de esta inversión es la oportunidad para el negocio de enviar y recibir los datos en el momento oportuno desde los rincones menos accesibles. La toma de decisión al respecto siempre estará permeada por la experiencia que respalda a un determinado proveedor, en lo que respecta a Lumen, la trayectoria de la organización suma varios años que se traducen en confiabilidad. Y en cuanto a los satélites, sin duda al paso que sigue la investigación y desarrollo en el mundo tecnológico, veremos muy pronto más usos impactantes de estos silenciosos artefactos que flotan en nuestro espacio.
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