¿Por qué hay empresas que no desean el cómputo en la nube? (y cómo resolverlo)
Por: Moisés Polishuk
Pagamos los impuestos, facturamos y tenemos cuando menos una cuenta de correo electrónico en la nube…
Bien efectuada la estrategia es un beneficio fiscal por ser un gasto y no un activo, es predecible el costo de operación y enfoca a las empresas a su objeto de negocio sin tener que pensar en la tecnología…
Nos da la promesa de poder trabajar en cualquier lugar en cualquier momento… Y aun así… Hay una gran cantidad de empresas que no desean arrancar una práctica de cómputo en la nube…
A lo largo de los pasados meses he sostenido charlas con altos ejecutivos de diferentes empresas, tanto en el lado tecnológico como en el de negocios. Resumo aquí sus razones de por qué no entrar a la nube y a su vez mis ideas de cómo corregir sus inquietudes.
- No lo controla la empresa: El primer punto en la discusión es no poder tener los equipos y todo lo que conllevan “a la vista” y siendo además de su pertenencia. Su argumento es que en caso de un problema, solo se pueden cruzar de brazos.
Mi sugerencia: Hay de proveedores a proveedores. Se debe de establecer un contrato con los niveles de servicio y expectativas bien definidas y en su caso la pena convencional por incumplimiento que corresponda.
- Los datos e información pueden no ser tan confidenciales como se desea: Es una razón válida, en especial al escuchar de tantas empresas y gobiernos vulnerados desde sitios remotos.
Mi sugerencia: Esto es válido toda vez que el que provea el servicio no tenga lo mejor y más seguro para proteger la información, además de dar opciones al cliente de poder cifrar su información de manera privada para que en el peor de los casos la información sea inservible.
- No contar con las últimas versiones de las aplicaciones y/o infraestructura: En espacial cuando se trata de situaciones con aplicaciones y la infraestructura que se emplea se tienen las manos atadas para hacer cualquier tipo de actualización
Mi sugerencia: Por supuesto que esto es una de las ventajas del modelo de cómputo en la nube, dejar la operación a un tercero que tiene como clave ser el primer interesado en tener todo al día. De allí se deprende que mientras más cerca se esté de quien es responsable de la aplicación crítica mejor. Por ejemplo: Si el sistema de gestión administrativa es lo que correrá en la nube y está basado en un ambiente de la empresa “X” se deberá de buscar como primera instancia que “X” sea el que provea los servicios en la nube.
- Cambiar de proveedor de nube o inclusive abandonarla por completo puede ser casi imposible: No hay duda que este si es el tendón de Aquiles de ésta estrategia. El esfuerzo para el ingreso y puesta a punto pueden ser muy pesados además de que en aplicaciones críticas cualquier problema puede implicar la muerte de un negocio
Mi sugerencia: Estudiar bien con quién entrar a la nube y porqué. Pensar en cualquier situación a futuro que puede afectar a la empresa que provea el servicio, no solo desde el punto de vista tecnológico sino que por igual se debe de ver la salud financiera y ruta de crecimiento futuro de la empresa en cuestión.
- Exige acceso de primera a internet: Muchos se quejan de que el pago de éste servicio es sustancialmente mayor de lo esperado
Mi sugerencia: No todas las nubes son iguales. Existe la nube pública, que es de la que hablamos mayormente en éste caso, pero también está la nube privada que reside dentro de la infraestructura de la empresa. En pocas palabras la estrategia debe de ser revisada a conciencia en cuanto a las necesidades y requisitos para tener inclusive la redundancia esperada.
Como conclusión podemos ver que no hay un sí o no absoluto en el tema de la nube, pero el reto está en el análisis y diseño previos que se hagan. Es allí donde he visto que nacen todos los argumentos de las inquietudes aquí expuestas. Tal vez es la parte más “obvia” pero la menos practicada.