Aplicaciones y servidores en la era de datos de informática intensivos
Por: Bruno Domingues, de Intel
Caracas 25 agosto de 2014 – El mundo está cambiando rápidamente a nuestro alrededor. Muchos de los servicios que eran ejecutados sin ayuda computacional ahora son realizados por dispositivos computacionales y servidores. Diversas industrias y servicios como compras, entretenimiento, educación, entre otros, cambiaron por completo. Lo que llevó un siglo para establecerse, tuvo que ser rediseñado en menos de una década para atender las nuevas necesidades.
Por ejemplo, los servicios de telefonía se transformaron y cambiaron la forma en que nos comunicamos. Hay diversas aplicaciones que facilitan la comunicación entre las personas, desde app para llamadas como para mensajes. Y eso es solamente una parte. Hoy podemos decir que hay una aplicación para cada cosa que necesite, sea para tomar un taxi, ordenar comida en un restaurante o leer un libro. Tras tareas rutinarias no relacionadas directamente con la computación, ahora hay servidores que comandan estos procesos.
Actualmente, estamos en la era de datos de informática intensivos; es el comienzo de la tercera revolución industrial y una nueva narrativa económica se está escribiendo. Cada servicio y aplicación que usamos no sólo consume recursos de computación, sino que también utiliza servidores de la nube y nuevos recursos, como se presenta en la API (Interfaz de Programación de Aplicaciones, por su sigla en inglés).
Las APIs son ejemplos de cómo la era digital está cambiando rápidamente. Hace casi 20 años, las empresas se preguntaban si era importante tener un sitio en la web; 5 años más tarde, en los años 2000, ya estaba claro que para competir en el negocio, las empresas necesitaban estar en Internet. Lo mismo ocurrió hace casi 5 años con las aplicaciones. Cerca de 66% de los desarrolladores utilizan hoy API de almacenamiento en la nube.
La API, en su nivel más básico, permite que productos o servicios hablen con otros productos o servicios. Una API es un software que expone la funcionalidad de un sistema subyacente para que otras aplicaciones puedan integrarse con el sistema y aprovechar sus capacidades. Ahora las compañías también consumen sus propias APIs para construir sistemas internos, sitios web y aplicaciones móviles. Las APIs permiten nuevos tipos de relaciones, lo que hace la web más social. Se pueden utilizar para el comercio, los pagos, sociales, el cloud computing y mucho más. En 2013, los teléfonos móviles y las tabletas fueron la mayor fuerza motriz para consumir APIs.
Hoy y en los próximos años, tener una API en su negocio será esencial y obligatorio o las empresas no serán capaces de competir en este nuevo panorama mundial. Nuevos modelos de negocio de datos móviles facilitan la utilización de la red, así como un aumento de los ingresos descendentes y ascendentes. El mercado de API crecerá a una tasa compuesta anual de 37% entre 2012 y 2016, lo que representa US $ 75 mil millones en los ingresos globales a finales de 2016.
Esto se debe al aumento en la utilización de Internet por las personas y por la internet de las cosas, Una grande ventaja de las APIs son que la Internet de las cosas permite que los datos generados por estos posan subir a la nube usando una programación directa entre machine to machines. Según levantamiento de Intel, el número de usuarios de Internet en América Latina duplicó en dos años y la tendencia va hacia el aumento del número de personas conectadas en la región, en Venezuela son 10.900.000. Las previsiones de la industria de la tecnología indican un impacto de 15 mil millones de dispositivos conectados y más de 3 mil millones de usuarios en línea hasta 2015. Se espera un aumento del 33% anual en el número de tráfico IP global en los centros de datos en 2015.
Además, de 2012 a 2020 la cantidad de datos almacenados se duplicará cada dos años, llegando a 40ZB. El acceso bajo demanda a esta cantidad de datos para tareas tales como Big Data, requieren computación más inteligente y soluciones de almacenamiento intensivo, así como una disminución dramática en el terabyte de costo por almacenaje.
Los datos ofrecen la oportunidad de proporcionar una nueva y emocionante perspectiva, pero no se puede hacer esto hasta que la infraestructura analítica esté en mejores condiciones para superar la brecha que hay entre los datos y el cómputo. En la actualidad, el problema con las plataformas de análisis es que éstas se basan en gran medida en la tecnología que colocan los datos en silos o los amontonan reuniéndolos en las plataformas computacionales.
Intel tiene como objetivo conectar todas estas piezas en la cadena de valor para fomentar nuevas formas de crecimiento dinámico. Al final de la cadena son los usuarios finales quienes reciben el beneficio del activo empresarial.